jueves, 29 de diciembre de 2016

2016, palabra de mujer


Así empezaba el post del año pasado, la verdad es que podría empezar este de la misma manera, pero gracias a los resúmenes del año 2016 de mi propia vida que me ofrecen las empresas como Google, Facebook y demás plataformas recapitulo y descubro que ha habido más momentos buenos que malos.

Cuando salgo a correr es como meditar en movimiento, entro en un estado de concentración en el que aparecen ideas en mi cabeza de una forma clara y nítida. Hace unos días, en mi última carrera, la frase que me regaló el universo fue: “si he llegado hasta aquí leyendo lo que leía, tengo que cambiar de lectura, descubrir nuevos libros”. Estoy en ello con todas mis fuerzas.

Si bien, ha sido un libro, o mejor dicho un ebook y una escritora que me ha marcado este año 2016: Lucía Ros, una joven periodista, algo cabezota, que a pesar de su juventud posee un gran sentido de la vida en pareja y me ha enseñado el papel de la mujer como herramienta de cambio en su propio destino.   Espero poder demostrar lo que os digo con hechos y producir contenido durante el 2017 que refleje lo aprendido. Su novela Encuentros bajo la piel, la hemos clasificado de romántica, con un argumento lineal, fácil de leer,  el núcleo de la trama es una mentira: Un beso indebido.

Alguno de vosotros puede pensar que eso es infantil o sin importancia pero la mentira es la semilla de un tumor en la vida en pareja. No hay mentira pequeña ni justificable. La sociedad protege y promueve la mentira, la tolera y le da credibilidad. La convierte en verdad y eso es una causa de destrucción masiva de muchas estructuras: familiares, políticas y económicas.
Encuentros bajo la piel,  ha sido la novela que me ha hecho cuestionarme muchas cosas. En ocasiones cosas sencillas nos revelan grandes misterios. Evidencias que las tenemos delante y nos acostumbramos a ignorarlas. En este año 2016 ha muerto una ridícula parte de  mí para renacer todo el resto, infinitamente más grande y poderosa.

En el año 2015 afirmaba que dejaba mi piel por el camino, en el 2016 se me ha quedado también algún órgano, literalmente hablando. Pero el renacimiento vale la pena. Junto a la piel y mi riñón a medio funcionamiento, dejo muchas personas. Amigos que los creía así, gente que solo eran buenos para fiestas, ejércitos de zombis que pueblan la tierra, adoradores de las mentiras, les recuerdo que la verdad descansa en el silencio,  que yo vivo…VIVO cada minuto con aire fresco y libertad escalofriante. Llego al 2017 prácticamente desnuda, sin dinero, sin amigos “de los de antes”, pero con nuevas hermanas y nuevos amantes que están cuando los necesito, sin pedir nada a cambio, sin mentiras ni falsas expectativas.
Llego al 2017 con una nueva faceta de madre, nunca pensé que mis hijos serían mi mejor inversión, ellos me han devuelto algo que es impagable: me han recordado quien soy. Me han empujado a romper con todo, sin miedo,  juntos reímos y lloramos por igual, sin vergüenza. La música nos protege y YouTube nos ilumina en los momentos de oscuridad.
O sea que SÍ, afirmativo, 2016 ha sido un buen año, duro, pero determinante y feliz, 
 2017 pinta bonito(*).
 ¡FELIZ 2017, nos leemos pronto!

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((*)Expresión que decía Miguel Ángel Azpitia, siempre en mi memoria

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