¡Aquí estamos! Es
navidad otra vez, es el tercer año que la comparto en este espacio que lleva a ningún
lugar. Me he releído, solo lo escrito en
este blog, imposible releer mi diario personal, el de papel, el otro, ¿os
acordáis de él? Sí, sigo escribiendo, llenándolo de cosas buenas y bonitas, de
caricias de tinta en hojas estriadas.
¡Feliz Navidad! |
Supongo estaréis
demasiado ocupados con el ruido ajeno, yo vivo en mi silencio, hace algunos días
mi madre me preguntó: ¿Qué regalo te vas
a poner en el árbol? Ninguno, he decido que me pondría a mí misma, pero no
quepo.
Sí, soy mi mejor
regalo. Estoy aquí para mí, para aprender a quererme, para dejarme amar y reírme
de mí y conmigo. Llevo demasiados años viviendo sin mí. Suena difícil pero os
prometo ha sido así. Siempre esforzándome para que los otros cumplieran sus
sueños, entenderlos y justificarlos. Maldita justificación y tolerancia.
Algunas de las personas que me han olvidado y
condenado a un silencio que dentro de poco romperé me han llevado a mi propia muerte. Como todas
las muertes ha sido no deseada y violenta, pero absolutamente necesaria. Sí, he
muerto este año, sé perfectamente el día que morí: entré en el infierno y
empecé a caminar hacia mi pasado. Busqué voces amigas que me ayudaran a
encontrar el camino de vuelta pero solo encontré silencio. ¡Cómo duele el
silencio cuando vives en el infierno! Es una tortura que se hace lágrimas que
te queman la piel.
Pero nada es lo que
parece y lo que yo entendí que era la puerta del infierno resultó ser la del
paraíso. Y cuando morí, allí solita, perdida entre mis recuerdos, entre lo aprendido, lo asumido, y lo entendido como
bien y mal, allí donde nadie quiere ir aunque mucha gente habita sin saberlo,
desde allí decidí volver y ser
simplemente yo. Con todo lo malo y lo imperfecto que me hace perfectamente
única y simplemente yo. Lo que para algunos han sido 365 días para mí han sido
500 años y 700 vidas. Pero aquí estoy de vuelta, no quiero perdonar ni perdonarme y pronto me daré la orden
mental de olvidar no sin antes explicar cómo se vive en ese sitio y como te
dejan caer sin un triste WhatsApp durante más de dos años.
Ya no hace falta
que nadie me pregunte cómo estoy. Estoy bien, estoy muy bien, cada día mejor
por dentro y por fuera. He aprendido mucho, pero he entendido mucho más, y
tengo una nueva meta: sonreír y hacer sonreír… esta vez a quien a mí me
apetezca.
Este año no tengo
ningún listado de cosas para hacer realidad, porque sencillamente no voy a
confiar en el destino ni a esperar que nada me venga dado. No voy a pedir
permiso nunca más. Voy directa como un tren hacia todo lo que quiero, sin concesiones ni negociaciones.
El lado bueno de morir es que renaces completamente libre. Y la libertad es el
mejor regalo.
¡Feliz navidad! Para
mí, mi primera navidad en este nuevo mundo, mi mundo.
¿Qué regalo vais a poner en vuestro árbol?
Extraño post, amiga, supongo que todos morimos alguna vez en nuestra vida. Lo importante es disfrutar de la nueva vida en la que andas. Suerte en todas tus batallas.
ResponderEliminarGracias, respetaré tu anonimato. Cuídate mucho, nos vemos pronto!
Eliminar