Imaginación, según la RAE, es la Facultad del alma
que representa las imágenes de las cosas reales o ideales... Y creatividad es la capacidad de crear,
hacer. Muchas veces confundimos ambos términos.
Después de unas celebraciones mágicas y creativas, es más fácil de
entender el hecho que se confunde la ilusión con la imaginación y la esperanza
con el mito; lo que nos hace
preguntarnos qué somos creativos o
imaginativos.
Si la imaginación es una facultad del alma, todo aquel ser vivo que
posea alma será imaginativo. Pero no todo ser imaginativo tiene capacidad
creativa.
Creatividad implicar crear, hacer, construir y la imaginación es una
facultad, un don que nos viene dado por nuestra genética. Es curioso como la
imaginación ha sido malentendida y perseguida a lo largo de la historia de la
humanidad. Ahora, desde la nueva definición, esta persecución resulta estúpida
porque es imposible hacer al hombre menos imaginativo a través de leyes o
castigos pero sí menos creativo.
Personalmente, creo que el ser
humano es una especie contestataria y revolucionaria también desde la perspectiva biológica y que cuando
el hombre fue consciente de este terrible poder desarrolló todas las herramientas
posibles para adormecer esa capacidad imaginativa salvaje. Una imaginación dominada implica una creatividad muerta.
Y qué herramientas son las que han modelado la imaginación del ser
humano hasta nuestros días: la educación, la religión y la política…entre
otras. Con la educación se etiqueta a los
individuos más contestatarios como los más inservibles para la sociedad
establecida. Con la religión, se modela la imaginación del ser humano para
olvidarse de sus propias capacidades y otorgárselas a un ser ajeno e irreal. Con
la política se ratifica los poderes de la educación y la religión bajo una
supuesta libertad democrática que el propio individuo elige. Es decir, el ser
humano vive cada día de forma libre en un sistema que se esfuerza por adormecer
sus dotes inventivas bajo el recuerdo constante de sus deficiencias y sus discapacidades.
El hombre vive para negarse a sí mismo
todos los días de su vida, esperando morir para encontrar a un dios que
tiene todo lo que él es capaz de ser, pero como no se lo cree jamás lo
desarrolla.
Si este texto os ha estresado y os incomoda, tranquilos, hay una vía de
escape, una herramienta de liberación: la lectura. Sí, cuando leemos somos
nosotros mismos. La lectura alimenta nuestra imaginación y la potencia. Despierta
deseos dormidos, recuerdos y posibilidades olvidadas. No hay lecturas buenas o
malas, no hay adoctrinamientos si lo que leemos lo hacemos desde nuestra
imaginación más dormida. Porque aquello que desea dominarnos puede hacer renacer
ideas opuestas y conseguir liberarnos. Leed
y seréis libres de vuestro peor enemigo: Vosotros mismos.
El mundo de las capacidades libres no es mejor ni más seguro, porque nada
lo es, solo es eso, más libre. No se compite con los demás solo contra uno
mismo, por lo que nunca existen
vacaciones para los rebeldes de las ideas, ni horarios, ni pagas extras,
tampoco el éxito ni el fracaso, solo el
ser, libre. Parece sencillo pero nadie
nos ha educado para SER solo para saber estar. ¡Feliz batalla, lectores!
A mi entender ambas cosas van de la mano. Yo no concibo, al menos en mi caso, la creatividad sin la imaginación.
ResponderEliminarBuena reflexión y buen post.
Un saludo.
Totalmente de acuerdo, no pueden existir por separado. Gracias por tu comentario, Jonh.
EliminarA mi entender ambas cosas van de la mano. Yo no concibo, al menos en mi caso, la creatividad sin la imaginación.
ResponderEliminarBuena reflexión y buen post.
Un saludo.