domingo, 23 de abril de 2017

Lo que no se leerá en Sant Jordi


Después de asumir que los nuevos títulos no llegarían a las librerías a tiempo para Sant Jordi, me relajo y disfruto del día de hoy de la mejor manera posible: escribiendo y revisando los últimos detalles de tres obras.

Los nervios de apretar el botón para imprenta se hacen sentir en mi estómago. Es algo que me gustaría poder compartir, se apaga todo a mi alrededor: últimos detalles, visualización de las portadas, examinar las solapas. Decidir entre una línea en blanco o tres asteriscos separando una escena. ¡No hay nada más apasionante! He recordado que desde el principio, en MARLEX EDITORIAL nunca hacemos las cosas como los demás. Todo el sector corre para estar en Sant Jordi en las librerías, nosotros también lo hicimos en el año anterior y los títulos impresos ya caminan solos esperando lectores espontáneos que les presten la atención suficiente como para encontrarlos y llevárselos a casa. 

Así es la vida en el mercado, dicen que es la oferta y la demanda, algo libre y natural. No obstante, después de tan poca experiencia, pero tan dura, no me van a convencer de la existencia de esa ley en el siglo XXI. Hace bastante que se extinguió la libre oferta…Y respecto a la demanda. Lamento decir que el lector comprador de libros lee lo que se le ofrece, no lo que él busca. El lector, el último eslabón de la cadena del proceso creativo de un escritor, ha perdido el instinto de buscar lecturas nuevas y sorprendentes. 

Este es el primer Sant Jordi que estamos ahí, fuera, como los grandes. Cruzaremos los dedos y encenderemos velas para que los lectores sientan la llamada de nuestras portadas y decidan que hoy se llevarán a casa uno de nuestros títulos que ya caminan solos.

Agradezco infinitamente la oportunidad que nos ha dado Ben Vil, nuestro distribuidor porque realmente no resultamos una editorial ni gestionable ni convencional. «Molesto mucho para ser tan pequeña», soy totalmente consciente de ello. Pero la ley de las librerías deja a las editoriales pequeñas lejos del lector. Por simple comodidad. Si el lector no pide el libro, no lo venderá, e incluso cuando lo pide, el librero interpone dificultad para traer un título de una editorial que no conoce. 

Lo mejor de este Sant Jordi es que estamos ahí, fuera, en el DILVE y el Gremio de Editores, como los grandes, aun siendo muy pequeños, ahora toca conseguir ser vistos en un océano frío y lleno de tiburones, pero me encanta nadar y no me molesta el frío…Por lo que, Sres. Libreros ábranos paso que vienen novedades: 

Para el resto de editoriales todo acaba en Sant Jordi, para nosotros esto no ha hecho más que empezar. 
¡Feliz día Internacional del libro!

miércoles, 5 de abril de 2017

Resiliencia


Hasta hace pocos días no había oído esta palabra, según la RAE significa capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.

Considero que es muy complicada a nivel fonético, siempre se me olvida la “í” y digo “ resilencia” que no tiene significado alguno según nuestra querida Real Academia de Lengua. Si bien estoy recuperando mi estado inicial después de un sinfín de perturbaciones de las que, como toda pesadilla, te van quedando daños cuando menos emocionales.

Este artículo lo empecé hace semanas, pero no pude acabarlo, no sabía hacia dónde dirigirlo. Se me amontonaba el silencio. El silencio es una de las cosas que más empiezo a odiar. Y creo que hasta ahora no he odiado nada. Pero he descubierto la infinita capacidad destructiva del silencio. Además es algo así como el desierto o la nada, se extiende y ocupa nuevos espacios dentro y fuera de nosotros. Hace unas semanas le dije a mi hijo mayor cómo me sentía y que no me comunicaba con vosotros, lectores, clientes, amigos y demás personas que me leéis qué me ocurría y cómo me sentía. Y él dijo “Porque no lo explicas, mamá”, “Cuéntaselo”.

Todavía no puedo, aunque ya estoy preparada y tengo la forma adecuada. Existen temas legales y juicios pendientes por venir que recomiendan este silencio. Porque todo lo que hago e incluso aquello en lo que pienso puede ser usado en mi contra. No temáis, estoy fuerte y mucho mejor que días atrás. Porque a pesar de descubrir que existen monstruos disfrazados de personas entre nosotros, he conseguido la herramienta mágica para hacer visible esos monstruos. Y la compartiré con vosotros.

De momento pediros disculpas por el silencio de todos los blogs, las redes sociales, por la falta de acciones en los títulos que están en producción pero ha habido muchos problemas técnicos y he preferido que salgan más tarde lo más perfectos posibles. Puede que este mes de abril, este Sant Jordi parezca una batalla perdida, pero dentro de mí siento que el tiempo siempre ha sido uno de mis mejores aliados y amigos con lo que os pido confianza y un poquito más de paciencia. Prefiero salir bien, con criterio y rigor. Y durante las últimas semanas, ya meses, he estado totalmente devastada, incapaz de leer y aplicar ningún criterio; los técnicos lo llaman “trastorno de estrés postraumático” yo prefiero modo “reseteando y vuelta a empezar”.

Dentro de poco me daré una orden mental a mí misma: olvidar.

Los técnicos jurídicos y de la mente dicen que es un mecanismo de defensa, y ya he experimentado que existe, el tal mecanismo. Os aseguro que es maravilloso, no obstante puede llevarte a tropezar dos veces en la misma piedra. Cuando estás bajo tanta presión, bajo tanto miedo, entiendes mucho mejor la importancia de la paz. Pero de la paz de dentro y de fuera. Paz en lo que nos rodea y paz dentro de nosotros. Nadie te desea paz hoy en día, parece algo antiguo, como las películas en blanco y negro…si no vives en un país en guerra, ¡qué ridículo! Pero la guerra puede venir a buscarte sin consulta previa, con paso certero y con toda su artillería apuntando a la parte más profunda de ti: sin armas, sin golpes, con solo silencio te pueden matar ¡Creedme! Pero como soy un kamikaze de la vida, es decir nunca me importa morir, pues aquí estoy plantando cara a los monstruos que son pocos y cobardes. Y que NO LES TENGO MIEDO. YA NO.

Me considero en obras, en reconstrucción, a pesar de que lo que me perturba todavía está ahí. Estoy igual que nuestros portales y páginas web…” en construcción”.