Nunca un título dijo tanto sobre su autor. Esta semana me cuesta escribir, por muchas razones, he querido buscar temas de actualidad literaria y también noticias sobre nuestras nuevas andanzas editoriales pero no me sale. No consigo ordenar las ideas, ni estructurar el mensaje. Solo me viene a la mente Miguel Ángel Azpitia, uno de nuestros escritores que se ha ido para siempre. Autor de Las Sebastianas y Vida y muerte de un inmigrante, su trabajo de vida. Los dos sabíamos que esa obra era determinante y crucial para él. Muchas páginas, muchos matices lingüísticos, un gran trabajo de corrección y adaptación. Diferentes dialectos y dejes abordados a través de los diálogos de cada personaje. La historia la escuchó de su tío, y es un viaje justamente en sentido opuesto al que él realizó: desde Mallorca a Argentina.
Ahora, desde el recuerdo pienso en Miguel Ángel y lo siento como que dentro de sí siempre había ese niño “chico”, frágil e ingenuo. Audaz y divertido como el protagonista de esta aventura épica. Me quedan, como recuerdo, muchos de sus emails y comentarios, aquí copio uno de ellos:
“…para mi amada Anto, que seguramente sabrá quién es el señor DILVE.
A mí solo me interesa saber cómo estás tú y tu familia, si las vacaciones, aparte de cortitas fueron faustas y si el futuro pinta bonito y al respecto te digo, solo las personas buenas, viven todo un día…”
Miguel Ángel sabía que su vida se acababa y me lo dijo justo en un momento que yo tuve que superar una trágica muerte que me inmovilizó mucho tiempo. Como siempre pasa cuando estás con alguien enfermo, se te olvida que los días van cayendo, y que el tiempo no corre igual para ti que para ellos. Juntos compartimos, aparte de proyectos escritos, momentos duros de nuestras vidas, muerte de seres queridos como la de su perro Darko. Yo también tengo perro y sé lo que se le puede llegar a querer. Pero así, ahora, ya tiene alguien con él que pasear por las nubes.
Me hubiera gustado decirle que a pesar que no llegamos a conocernos en persona, él ha sido importante para mí, no solo a nivel profesional, me ha enseñado muchas pequeñas cosas como la importancia de amar y vivir con la persona que quieres por encima de ti. Solía decirle que lo de ellos (por él y su mujer, Antonia) era una extraña simbiosis, perfecta y maravillosa.
Siento que su ejemplo me ha inspirado y yo he tomado la decisión de no vivir en minúsculas sino con todas las letras que nos ofrece el diccionario. No podemos malgastar ni un solo día de nuestra vida con falsos amores, como “buena persona” que me considero pienso luchar para conseguir “VIVIR todo un día”…aunque uno solo fuera.
Gracias, Miguel Ángel por haber existido y por inspirarnos, algo de ti se queda en esta pequeña familia de inventores de historias y andanzas varias, parece que el "futuro pinta bonito" :)