sábado, 28 de marzo de 2020

La primera vez, otra vez


Día 15º del confinamiento, han pasado ya las dos primeras semanas. Nos parecía imposible llegar hasta aquí. Hoy es un día raro y especialmente duro. Un día que debería de ser meridiano de un antes y un lo que queda. Pero lo que queda es futuro y eso no existe, todavía. Cuesta levantarse un sábado más sin que sea un sábado cualquiera. El concepto fin de semana se ha desvanecido como la mayoría de  nuestros  cimientos personales. Hoy he percibido el miedo y la tristeza en algunos de mis seres queridos y eso me inquieta.

Sigo con mi vitalidad de optimista inexplicable y quiero hacer algo para mejorar lo que sienten otras personas. No sé construir casi nada, tampoco reparar, o cocinar, solo se me da bien escribir y hacer el payaso. Por ello propongo un ejercicio de visualización: alejaros de la fatalidad de los números que nos calan la piel. Dejarlo todo por unos instantes, mirar por la ventana y pensar en qué es lo primero que vais a hacer cuando todo esto pase.

Cuántas veces hemos pedido al cielo poder tener una segunda oportunidad. Pues ahora la tenemos. Y además con la licencia de  elegir qué nueva primera vez queréis tener. ¡Es mágico! El primer abrazo sin mascarilla, el primer apretón de manos sin guantes, la primera acaricia sin ropa, el chocarte con alguien en el metro. El compartir una bandeja en un restaurante de comida rápida. La primera vez, otra vez, que pueda llevar a gente en mi coche para subir a una montaña juntos. Hay cientos de primeras veces que se están construyendo mientras estamos en casa. En este tiempo lento por el que  nos pasa la vida por dentro sin que la hayamos concedido ese permiso.

 Hay cientos de primeras veces que se están construyendo mientras estamos en casa
Qué arrogante esta vida nuestra que nos pide que le prestemos algo más de atención. Que nos recuerda sueños que dejamos de soñar y personas con las que dejamos de hablar. ¡Apaga el televisor, desconecta de las redes sociales y escúchate! ¿Qué vas a hacer con todas las nuevas primeras veces que te están esperando? Vas a dejar que las decidan otros, tus circunstancias: tu jefe, tu gobierno, tu pareja, tus miedos…
Tener miedo está permitido, estos días más que nunca, porque sentimos que la muerte  nos acompaña. Ahora ya no mueren los hijos de otros, los padres de otros. La muerte está aquí y ahora. ¡Bienvenido a la realidad! ¡Esto ha sido así durante toda tu  vida! ¿Olvidaste que la muerte completa la vida? Si dejas que las noticias marquen estos momentos de estar en casa, si les permite silenciar tus horas de estar contigo, también marcarás que sean otros los que decidan si te mereces o no una primera vez en algo, otra vez.

Por mi parte, ya siento las mariposas en mi estómago de mis primeras nuevas veces, otra vez. Estoy impaciente, soy una adolescente de mi propia vida. Tanto por hacer, tanto por sentir, tanto por aprender…Creo que necesitaré otros quince días más de confinamiento para prepararme. ¡Deseo concedido!  

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