Así empezaba el post del año pasado, la verdad es que podría
empezar este de la misma manera, pero gracias a los resúmenes del año 2016 de
mi propia vida que me ofrecen las empresas como Google, Facebook y demás
plataformas recapitulo y descubro que ha habido más momentos buenos que malos.
Cuando salgo a correr es como meditar en movimiento, entro
en un estado de concentración en el que aparecen ideas en mi cabeza de una forma
clara y nítida. Hace unos días, en mi última carrera, la frase que me regaló el
universo fue: “si he llegado hasta aquí leyendo lo que leía, tengo que cambiar
de lectura, descubrir nuevos libros”. Estoy en ello con todas mis fuerzas.
Si bien, ha sido un libro, o mejor dicho un ebook y una
escritora que me ha marcado este año 2016: Lucía Ros, una joven periodista,
algo cabezota, que a pesar de su juventud posee un gran sentido de la vida en
pareja y me ha enseñado el papel de la mujer como herramienta de cambio en su propio destino. Espero
poder demostrar lo que os digo con hechos y producir contenido durante el 2017 que
refleje lo aprendido. Su novela Encuentros bajo la piel, la hemos clasificado de
romántica, con un argumento lineal, fácil de leer, el núcleo de la trama es una mentira: Un beso
indebido.
Alguno de vosotros puede pensar que eso es infantil o sin importancia
pero la mentira es la semilla de un tumor en la vida en pareja. No hay mentira
pequeña ni justificable. La sociedad protege y promueve la mentira, la tolera y
le da credibilidad. La convierte en verdad y eso es una causa de destrucción
masiva de muchas estructuras: familiares, políticas y económicas.
Encuentros bajo la piel,
ha sido la novela que me ha hecho cuestionarme muchas cosas. En
ocasiones cosas sencillas nos revelan grandes misterios. Evidencias que las
tenemos delante y nos acostumbramos a ignorarlas. En este año 2016 ha muerto
una ridícula parte de mí para renacer
todo el resto, infinitamente más grande y poderosa.
En el año 2015 afirmaba que dejaba mi piel por el camino, en
el 2016 se me ha quedado también algún órgano, literalmente hablando. Pero el
renacimiento vale la pena. Junto a la piel y mi riñón a medio funcionamiento,
dejo muchas personas. Amigos que los creía así, gente que solo eran buenos para
fiestas, ejércitos de zombis que pueblan la tierra, adoradores de las mentiras,
les recuerdo que la verdad descansa en el silencio, que yo vivo…VIVO cada minuto con aire fresco y
libertad escalofriante. Llego al 2017 prácticamente desnuda, sin dinero, sin
amigos “de los de antes”, pero con nuevas hermanas y nuevos amantes que están
cuando los necesito, sin pedir nada a cambio, sin mentiras ni falsas
expectativas.
Llego al 2017 con una nueva faceta de madre, nunca pensé que
mis hijos serían mi mejor inversión, ellos me han devuelto algo que es impagable:
me han recordado quien soy. Me han empujado a romper con todo, sin miedo, juntos reímos y lloramos por igual, sin
vergüenza. La música nos protege y YouTube nos ilumina en los momentos de
oscuridad.
O sea que SÍ, afirmativo, 2016 ha sido un buen año, duro, pero
determinante y feliz,
2017 pinta bonito(*).
¡FELIZ 2017, nos leemos pronto!
·
((*)Expresión que decía Miguel Ángel Azpitia,
siempre en mi memoria