Parece que esto, «el confinamiento», llega a su fin. Qué certero es aquel
dicho que nos recuerda que « todo pasa». Es la primera vez que me enfrento a la despedida de un confinamiento. Desconozco si sabré cómo hacerlo. De hecho
no tengo claro si deseo dejar de estar confinada. Lo poco que he visto del mundo
exterior esta semana me invita a pensar que hay una diferencia sustancial entre como
me siento y como lo hacen mis congéneres. Percibo que la sociedad ha puesto el
piloto automático de la normalidad. Me desconcierta la distancia que hay entre lo
que dice y dicta el gobierno y lo que hacemos y vivimos los ciudadanos en las
calles.
El confinamiento me ha dado muchas cosas, todas buenas: He seguido
trabajando más y mejor que antes, que tenido la oportunidad de desayunar a media
mañana con mi hijo pequeño, hablar de todo despacio y compartir mis proyectos
con él y escuchar sus ideas. Hemos salido juntos al patio, a nuestro patio particular, a veces
ha llovido y otras ha salido el sol.
Mi familia por fin ha entendido que
trabajo, después de 10 años de hacerlo principalmente desde casa. Han sabido
apreciar que trabajo muchas horas, también cuando no estoy técnicamente
trabajando: cuando camino y hablo en voz alta, cuando me preguntan algo y
respondo cualquier cosa que no tiene nada que ver con la pregunta. Cuando me
levanto para ver amanecer y acabar algo que siempre tengo por terminar. Qué leo por mi trabajo, que escribo por mi
necesidad de sobrevivencia. Que todo eso que son hobbies para personas son
prioridades en mi vida laboral y personal. Que soy contable unos días, empresaria
e inversora otras, que me peleo con cifras de audiencia y lenguajes de
programación que no entiendo, que nadie me manda porque soy autónoma pero todos
y todo me condicionan. Que soy feliz hasta cuando estoy enfadada y que siempre me digo que podría haberlo hecho
mejor. Que mi grupo de trabajo me completa. Y que los resultados llegan, siempre llegan.
El confinamiento me ha dado muchas cosas, todas buenas
El confinamiento me ha dado la oportunidad de matar a mi padre en vida y
eso me permitirá estar en paz en su muerte. He podido perdonar a mi madre por
ser cómo es y empezar a admirarla aunque no la entienda y represente todo lo que yo nunca seré. He entendido que todo lo que necesito no está ahí afuera. He aprendido a agradecer porque tengo una
vida que la mayoría de personas no puede ni siquiera soñar porque temen enfrentarse a sus sueños. Estoy donde quiero
estar y dibujo con precisión de (*) Rotring
0.70mm mi futuro. Pocas horas antes de iniciar el confinamiento
había pedido tiempo, se lo dije a una amiga textualmente así: « necesitaría que
el tiempo se parara y que el viernes 13 nunca llegara. Deseo desaparecer para
poder acabar todo lo que he empezado. Mi hijo también necesita tiempo, es lo
único que no puedo darle…» Y ocurrió, el viernes 13 de marzo nunca llegó, se
detuvo para mí el día 12 y hasta hoy 7 de junio que escribo estas líneas para
despedirme de un confinamiento que no ha sido tal, más bien un proceso de
renacimiento consciente al momento justo donde estoy, que es donde quería estar
al principio de todo y también al final.
Me declaro en estado de excepcionalidad vital permanente
Para mí las doce semanas de confinamiento han sido paz, han sido tiempo
lento, de ese que te hace cosquillas cuando lo recuerdas. Semanas de risas sin
prisas, de incertidumbre por los que quieres, tiempo para descubrir que amas a tantas personas que ellas ni lo saben.Que no es importante que lo sepan sino que tú lo sientas. Mientras la humanidad quiere volver a su normalidad, yo
me declaro en estado de excepcionalidad
vital permanente y así pienso seguir.
(*) Rotring: Rotring es una conocida marca de bolígrafos técnicos
para delineación y dibujo técnico. Suelen ser de puntas muy finas para tener
precisión en los escalados.
tus escritos me dan paz a pesar de que describen dudas e incertidumbres. Para mí esta situación ha sido como haberme quedado encerrado en un cine.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Eso de quedarse encerrado en un cine no sé si es divertido o aterrador.
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