Ruido, a veces
queremos decir cosas que se nos quedan adentro. Palabras que se esconden en
nuestras entrañas, por instantes sentimos que las vamos a decir pero segundos
más tarde se nos esconden en nuestro olvido.
Esas palabras nodichas, nopronunciadas nos generan ruido
lingüístico.
Consiste en un pequeño zumbido que lo confundimos con algún estado emocional como la ansiedad, la tristeza, o el enamoramiento. Es un zumbido continuo, mientras dormimos se apodera de nuestro lado izquierdo y genera aventuras oníricas perfectas. Ruido que ensordece lo que queremos decir, nos provoca tartamudez pasajera y se puede confundir con algún trastorno como la dislexia.
No me chilles que no te veo...Ruido |
Consiste en un pequeño zumbido que lo confundimos con algún estado emocional como la ansiedad, la tristeza, o el enamoramiento. Es un zumbido continuo, mientras dormimos se apodera de nuestro lado izquierdo y genera aventuras oníricas perfectas. Ruido que ensordece lo que queremos decir, nos provoca tartamudez pasajera y se puede confundir con algún trastorno como la dislexia.
Pequeño puzle enmudecido de palabras olvidadas que se nos quedan dentro y obturan las estructuras sintácticas correctas. Al principio pueden ser cuatro letras, pero poco a poco se organizan, sin estructura aparente, y se convierten en un ejército perfectamente ordenado y listo para dejar ir cosas que jamás diremos.
Colesterol lingüístico que entorpece la circulación de las emociones hasta producir un ictus emocional por enmudecimiento. En la era de las plataformas de comunicación, las personas mueren de silencio. Se convierten en sonrientes emoticonos que navegan por mensajes efímeros, surferos que buscan el chat perfecto que les permita conseguir un corazón virtual. Entre sonrisas amarillas, con lágrimas azules en los ojos, se esconde aquello que algún día quisimos decir pero hoy ya no recordamos porque un ruido lingüístico confunde nuestra capacidad de comunicar.
En ocasiones el ruido se hace más fuerte, quiere salir, exige ser dicho, susurrado, escuchado por alguien. Sin importarle lo más mínimo ser entendido o respondido solo quiere ser una frase nacida de un deseo, un enfado o una idea espontánea. Las palabras se nos acumulan en la boca, se empujan unos a otras y pueden perder su sentido pero nadie lo aprecia.
Hoy en día casi nadie te pregunta, «¿Qué piensas?» «¿Qué has dicho, lo puedes repetir?» Será que hemos dejado de pensar…Las personas sonríen y contestan con frases que a veces no vienen a cuento, porque ellos también tienen su propio ruido, sus palabras prohibidas y por esa razón todos actuamos con normalidad ante la frivolidad de palabras vacías que nos liberan de la responsabilidad de poder escuchar nuestras palabras prohibidas en boca de otro.
Muy buen artículo, es imposible no tener ese ruido porque existen más sentimientos que palabras. Siempre existirán palabras que no serán dichas nunca, tal vez porque son solo ideas.
ResponderEliminarGracias por comentar, ¡buena reflexión! Estoy de acuerdo contigo y convencidad de que existen muchos más sentimientos que palabras.
Eliminarme gustó mucho y es una gran verdad sobre todo este párrafo(Hoy en día casi nadie te pregunta, «¿Qué piensas?» «¿Qué has dicho, lo puedes repetir?» Será que hemos dejado de pensar…Las personas sonríen y contestan con frases que a veces no vienen a cuento,)
ResponderEliminarGracias, "tocaya" por el apellido, en el fondo es como si nadie escuchara. Tal vez es que hablo bajito...jajajajaja
ResponderEliminarEs interesante poder ver la vida a través de los ojos de los demás, una buena manera de recuperar la memoria heredada de nuestra familia.
ResponderEliminar