viernes, 3 de agosto de 2018

Mudanza



Esta semana viajando en tren escuché una persona que decía “ no hay nada tan estresante como una mudanza”. Al momento me pregunté por qué razón nos causa tanto miedo trasladarnos de una vivienda a otra, si es algo natural. Hay personas que se cambian de casa más de 20 veces en su vida mientras la mayoría no lo hace más que en un par o tres de ocasiones.


 La RAE otorga al verbo  “mudar”  opciones más  entrañables que a “mudanza”, mi favorita es la referida a las aves, “ desprenderse de las plumas”. ¡Me encantaría poder hacer eso! Dejar todo atrás como si de plumas se tratara, esperar  para ver como el aire las arrastra a otro lugar y las aleja de mí, y seguir sin plumas y a lo loco.

¡Quien fuera ave voladora! Yo soy aire, eso dicen los astros, con lo que me resulta complicado hacer mudanzas ya que estoy en movimiento siempre. Esa es mi naturaleza, algunas personas me consideran un mar pero soy simplemente aire, a veces un simple soplo, algunas mañanas una brisa y en contadas ocasiones un pequeño huracán que despeina y alborota todo a su alrededor. Lo mejor de ser aire es que cuando estás en la montaña añoras el mar, cuando acaricias las olas desearías surfear las cumbres más inhóspitas. Se dice que el aire se puede embotellar pero os digo que es imposible, al intentarlo se convierte en vacío y  muere. No hay aire en una botella. Hay que dejarlo salir, abrir puertas y ventanas y dejar que entre y salga por donde más le apetezca. Los antiguos griegos decían que los aires del sur son los peores porque desertizan y luego arrastran lluvias devastadores. Yo soy un simple aire del norte, de los de febrero,  traemos lluvias frías que preparan la tierra para la primavera.
Creo que si tuviera que hacer una mudanza  tiraría todo, o casi todo, me iría lo más vacía posible al nuevo destino, aunque no fuera muy lejano. No me gustan las cajas que se llevan de un lado para otro y nunca se abren, ¿qué sentido tiene empaquetar nuestras vidas? Parece que está de moda esta práctica porque hay muchas empresas que  ofrecen  espacio para guardar cosas. ¿Qué cosas? Las que no usamos y pensamos usar…Tal vez  tengo demasiadas cosas que resultaría imposible empaquetarlas todas. Cosas que descansan entre diarios, hojas de papel y tinta. Cosas que no se pueden embolsar  ni transportar pero cuando correteo por alguna roca escarpada, ya sea en el mar o en la montaña, puedo acceder a ellas. Ventajas de ser un aire nómada y volador. Si yo me mudara no me llevaría ni mis sueños, ya los soñaré si llega el caso, en el nuevo destino,  aunque las primeras noches la cama resulte extraña seguro pronto nos entenderemos bien y los sueños se construirán lentamente.
No soy una buena consejera pero si alguien se muda le recomendaría que todo aquello que no le apetezca empaquetar lo deje allí mismo o lo tire sin más. Si es importante aquello que dejáis ir volverá a vosotros.

3 comentarios:

  1. yo me mudaría cada día...

    ResponderEliminar
  2. Cuanta verdad... con el tiempo vamos acumulando cosas sin darnos cuenta. Es en las mudanzas cuando nos echamos las manos a la cabeza y queremos quemarlo todo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quemar las cosas es una forma de mudarlas...Interesante comentario. Un beso!😘

      Eliminar