Este post se lo dedico a mis
amigos y lectores poetas, pero no a todos ellos, sino a los poetas en la lengua
del catalán, porque ayer reflexionando en un corto viaje en tren frente al
Mediterráneo comprendí que no puedo decir “te amo” en mi lengua materna, el
catalán. Google Traductor no encuentra está palabra en catalán (*).
* -Sí lo
hace la Enciclopèdia
Catalana de forma fría y relacionándola con «estimar», o «afecció» querer o
afecto- El post es una divagación subjetiva y personal que me surgió al intentar
buscar la traducción en el diccionario de Google.
¡Cómo se puede amar en una lengua
que no declina el “amor”! Un idioma que se ha olvidado el verbo “amar”. Justo
en ese momento comprendí que amar es el superlativo de querer. Y que querer se
puede querer mucho, muchísimo, pero nunca es amar.
Eu te amo, portugués, Je
t'aime, francés, Ti amo, italiano…todas
las lenguas románicas contemplan la diferencia entre gustar, querer, y amar. Pero
el catalán no, en el Google Traductor. De pronto viajé a mi vida amorosa, a
todos y cada una de mis relaciones, y entendí que yo nunca he amado. Sí, amar
así sin más. Querer he querido muchísimo, tanto que me he confundido, pero amar, con el
alma, con todo lo que implica esa palabra desconocida en el diccionario catalán
de Google, nunca lo he hecho. Amar como para detener tu vida, como para desear que nunca sea mañana, amar con la paz de saber que estás en casa. No, así nunca he amado, todavía. Siempre he tenido un proyecto, un trabajo, responsabilidades varias o sencillamente otros amantes.
Según la neurociencia lingüística
cuánto daño me ha hecho pasar mi infancia y juventud sin amar, porque un
diccionario no me ha concedido ese derecho. Ahora entiendo mi constante huida,
mis abandonos de relaciones, porque querer sin más aburre, te lleva a estar en
permanente búsqueda, intentando agradar pero sin sentirte feliz. De ahí mi
necesidad constante en viajar y sentir que hay alguien en cualquier parte del
mundo con la que podré usar y declinar ese verbo tan poderoso, amar.
Volviendo al catalán, cuántas
carencias, un idioma tan bonito y lleno de palabras para desmenuzar al amor.
Sí, tiene cientos de palabras para desenredar sentimientos y emociones, pero
siempre en pequeños trozos, o en esencias intangibles, pero no se puede amar en
catalán. Eso es una afirmación real y absolutamente constatada en el traductor
de Google. De hecho, en las últimas horas me puse a buscar idiomas y palabras
relativas al amor e intenté traducirlas al catalán, y mi frustración fue en
aumento.
No existen palabras como
flechazo, acariciar a la persona amada, o bien abrazo con el alma. ¡Queridos poetas
del amor!, no pensaréis que es lo mismo la fuerza de una única palabra como
«flechazo» en comparación con su triste traducción al catalán como la
siguiente: « enamorament sobtat».
En mi investigación encontré
idiomas tan ricos en palabras de amor como el
hebreo o el rumano, el portugués que me ha cautivado con una sola
palabra, «cafuné», que expresa
el momento en el que se acaricia el cabello de la persona amada…En mi búsqueda
por el traductor virtual siempre salía más reforzado el español. Idioma, este
último, que se ha apresurado a adquirir y reconocer palabras como «apapacho»,
palabra originaria del náhuatl, una macro lengua que se habla en México desde el siglo V. La RAE, Real Academia de la
Lengua Española, reconoce el verbo
«apapachar» que significa acariciar con el alma, y ha sido declarada como la
palabra más bella del mundo.
El Observatorio de Neología
(OBNEO) del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la
Universidad Pompeu Fabra y el Instituto de Estudios Catalanes (IEC) lanzan cada
año un concurso popular para buscar nuevas palabras, neologismos, a introducir en la lengua del catalán, de la
convocatoria del año 2018, la palabra
ganadora fue sororidad (32,6%).
El segundo puesto fue para épico -a (14,3%) y el tercero, para demofòbia (11,2%). Otras palabras candidatas
fueron: migrante
(8,8%), microplàstic (6,3%), criptomoneda (5,4%), seriòfil –seriófilo-
(5 , 4%), narcopís - narco piso- (5,1)…
Y me pregunto si no habría otro tipo de palabras que incluir en la nostra estimada llengua catalana.
La palabra sororidad se refiere a
la relación de solidaridad entre mujeres basada en motivos sociales, éticos y
emocionales. Curiosamente esta nueva palabra del catalán también nació de un
español ilustre: D. Miguel de Unamuno quien propuso está palabra allá por el año
1921 a través de su obra La tía Tula. El catalán decidió hacerla suya a finales
del año 2016. Personalmente me parece un
esfuerzo bastante impróspero porque no he oído a nadie usar «sororidad» y hubiera sido mucho más útil incluir
«apapacho».
Es muy posible que este post
pueda ser malentendido por los fanáticos ideólogos que abundan en estos días,
pero mi intención es llamar la atención a las autoridades lingüísticas, de
cualquier país, para que prioricen la necesidad de incluir nuevas palabras que
ayuden a expresar y materializar abrazos, caricias, y demás formas de amarse
porque la falta de estas palabras puede castrar emocionalmente a generaciones futuras.
Por mi parte voy a apapachar a
mis queridos amantes, a disfrutar momentos de «cafuné» con mis dedos enredados en sus pechos mientras deseo un
flechazo que me devuelva a la vida con una persona a la que decida amar en paz.
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