Nadie hubiera
imaginado una perversión mediática capaz de infotoxicar
y corromper una palabra, «feminismo». Sé que arderé en la hoguera de las
feministas y es evidente que me da igual. Bonita palabra, “igual”. Es que como
este blog va de palabras y personalmente no entiendo la razón por la que hay que dar nuevas acepciones a
palabras cuando hay una palabra existente que se entiende, se puede traducir y ser
usada por todos los seres humanos: «IGUALDAD». La igualdad no tiene género, como
la libertad.
Creo que es una
manera de etiquetar y de alejarse realmente de lo importante, la igualdad
natural de todo ser vivo, que implica el reconocimiento de sus diferencias y el
soporte a sus habilidades, sean las que sean. La fuerza de lo biológicamente
evidente es que todos somos seres iguales desde la diferencia universal. La
igualdad pura quema por su sencillez, su significado, y su fuerza biológica, por eso se nos engaña con palabras que son antítesis
de esa igualdad básica, sencilla.
Actualmente feminismo así como machismo son
dos caras diferentes de la misma moneda clasista y patriarcal. Ambas palabras
incluyen discriminación a lo diferente a su significado. Y es que casi todas
las palabras declinadas con «…ismo» son
perjudiciales para una gran parte de la sociedad: fanatismo, comunismo,
socialismo, capitalismo, judaísmo, cristianismo, islamismo, individualismo…Los
ismos tienden a ser mono ideológicos y excluyentes.
Me declaro humanista
naturista y significa que creo en el derecho de todo ser vivo a vivir como
mejor le apetezca sin violentar la libertad de los otros. Implica una
aceptación compleja y diversa, dolorosa en algunas ocasiones. Porque la igualdad
no es justa. Justicia sería otro post. La naturaleza es en sí misma igualitaria
y diversa pero jamás justa desde el punto de vista del ser humano. Solo
asumiremos el supra concepto de igualdad que intento explicar desde la
aceptación de que somos animales y tenemos un derecho a la vida dado por
fuerzas biológicas universales, jamás por otro ser humano o deidad inventada. Estamos
vivos, no necesitamos el permiso de otro ser humano para vivir de una u otra
manera. Ningún «ismo» me hace más libre,
ni más igualitaria, ni mejor que otro ser humano. Nací mujer y en mi caso
ejerzo ese don de una forma amplia y diversa, a mi manera. No tengo porque
decidir cómo debe ser otra mujer, por más diferente a mí que sea. Me debo al respeto
de todo lo diferente a mí misma.
"Estamos vivos, no
necesitamos el permiso de otro ser humano para vivir de una u otra manera"
Nunca aceptaré el
criterio de otra mujer que afirme que es mejor ser feminista cuando he sufrido
la ley de las mujeres en mi presente, el coleguismo descarnado y cruel de
compañeras de trabajo que me han hecho todo tipo de perrerías vestidas de lila.
No creo que haya que respetar a ninguna persona por ser mujer u hombre, creo
que hay que hacerlo porque somos seres vivos que vivimos o sobrevivimos como
podemos. Tenemos que dejar que cada ser vivo alcance su propia excelencia por
más ajena a nosotros que sea.
"Somos mejores
mujeres por ser más humanas y no por ser más feministas"
La única acción
de cambio real, la única fuerza renovadora en un mundo de la información falsa
y totalitaria, un mundo de verdades puras, son las palabras que acaban en « DAD »:
fraternidad, amistad, amabilidad, homosexualidad, heterosexualidad, maternidad,
esterilidad, soledad, sociedad, felicidad, libertad…IGUALDAD.
Hoy miro a la
cara a mi ciudad, a mi ayuntamiento, a mi estado autonómico, y al nacional y
les pregunto aparte de ser feministas qué van a hacer para que ningún SER
HUMANO cobre más que otro con igualdad de capacidades ( funcionarias públicas y
políticas, 40% subida de sueldo, 30 días de vacaciones pagadas al año, 5 días
de asuntos propios…), que me miren a la cara y me respondan por qué algunos
seres humanos tienen inmunidad jurídica total, sin ser dioses, solo elegidos
cada cuatro años ( presidentas y políticas de todo el / los estados). Por qué yo,
mujer autónoma, no tengo los mismos derechos laborales que algunas ministras a
contratar a mis hijos en régimen de la seguridad social solo por ser autónoma o
empresaria, ( ministros y ministras miembros de una misma familia en igualdad de
condiciones salariales amb@s). Por qué no tengo derecho a pensión vitalicia
después de llevar 25 años de cotización social en todas las formas posibles. Por
qué una alcaldesa, sin estudios acabados,
lleva escolta paramilitar y cobra 100.000 euros al año mientras mujeres que
limpian habitaciones en hoteles de Barcelona, o teleoperadoras, cobran 920
euros al mes por ETT y sin derecho a vacaciones, ni días de asuntos propios.
Que me digan por qué al ser madre soltera con dos hijos a mi cargo, sin
subvención ni ningún tipo de pensión, no
tengo derecho al reconocimiento de familia numerosa cuando sí lo tiene una
mujer viuda solo por haberse casado…
Yo quiero
igualdad, pero la de verdad, no es una igualdad lila, es una IGUALDAD
multicolor y que no protege sino que otorga a los seres humanos los derechos
con los que han nacido: ser y vivir con dignidad, y no por ser miembros de sus partidos
políticos, feudos fundamentalistas a imagen y semejanza de los señores de la
Edad Media. Estamos igual que entonces, nos violan y nos discriminan tanto a hombres
como a mujeres.
¡No quiero
este feminismo de pacotilla, gracias! Seguiré siendo mujer y punto, animal
mamífero y salvaje, líder protectora de
mi manada.
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