Nosotros elegimos al libro o el libro nos elige a nosotros
Parece
algo sencillo pero no se si será por mi tendencia a las situaciones personales
extravagantes o poco corrientes pero no tengo buenas experiencias en esto de
dejar o recomendar libros. En mi etapa de lectora apasionada, compulsiva y no
profesional leía desde novela histórica a textos filosóficos.
Desconozco
hasta qué punto nosotros elegimos al libro o el libro nos elige a nosotros. Lo que
implica que lo que leemos nos afecta de forma diferente según la etapa de la
vida en la que nos encontramos.
El caso es que hace años leí De parte de la princesa muerta, de la
escritora francesa de origen turco-indú, Kenizé
Mourad, una obra maravillosa sobre la última emperatriz del imperio
otomano. Esa historia me cautivó y me enriqueció tanto que todavía recuerdo
cuando acabé el libro. Después de semejante experiencia emocional decidí
compartirla con una amiga mía, llamémosle así, “amiga”, que estaba un poco
perdida en ese momento. Un mes después de haberle dejado el libro y tras
preguntarle qué le había parecido, su respuesta fue la siguiente: “Vaya libro más soporífero, no he podido
pasar de la página diez…Ha sido peor que un dolor de cabeza.”
Con
un “pues
no me acaba de gustar” hubiera sido más que suficiente. Me sentí mal, casi
ridícula y algo bicho raro e ingenua al
haberme emocionado tanto con una simple historia y pensar que otra persona
podría experimentar lo mismo.
Esto
es un ejemplo con final feliz porque me alegré de haber recuperado el libro. Lo
que no soporto es prestar un libro y que no me lo devuelvan. Eso es una ofensa
imperdonable.
Y tú, tienes algún libro prestado que te gustaría recuperar, ¿Cuál?
Sobre gustos hay mucho escrito, aunque nada fiable. El libro que un día te impresionó hoy no te dice nada. En cuanto a los libros prestados tengo la teoría de que tienen vida propia y siguen su rumbo ajeno a nuestra voluntad. Sería romántico pensar que acaban encontrando su lugar...
ResponderEliminarMi caso es mucho peor: se me olvida que libro he prestado, pero si algún día lo echo de menos, tampoco recuerdo quién se lo presté. Solo pienso que por lo menos quien lo tenga lo haya leído y disfrutado.
ResponderEliminarTal vez así es mejor, Juana, sin rencor...Qué el libro decida su destino.
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