sábado, 14 de diciembre de 2019

¿Qué principio os constituye?


Constitución, la de uno mismo

La semana pasada celebramos el día de la Constitución en nuestro país. Casi todas las personas estaban incómodas, unas por proteger el valor de esas escrituras, otros por la necesidad de reescribirlas y adaptarlas  a los nuevos tiempos. Es un tema político y no me interesa demasiado. Pero esta celebración me hizo reflexionar sobre cuántas personas han escrito su propia constitución: los valores, reglas y normas que los representan como seres humanos únicos.

Qué principios y reglas te has marcado como tu manual de uso interno para tu propia existencia

¿Qué credo te representa solo a ti? Qué principios y reglas te has marcado como tu manual de uso interno para tu propia existencia. No sirve usar escritos sagrados de religiones monoteístas. Porque podrán ser textos sagrados pero no los has escrito tú y desde luego no los has cuestionado. Posiblemente has normalizado su memorización y al final, tantos años de uso de valores ajenos ya  los sientes como tuyos. Quiero que pienses, cierres los ojos y veas una frase que es solo tuya. Tu principio y final de tu universo creado por ti. No vale copiar pero está permitido buscar textos que te inspiren en la redacción de tu propia Constitución.

Los seres humanos invertimos tiempo y esfuerzo mental en aprender textos escritos por personas ajenas a nosotros. Morimos por defender esos valores. Pero realmente nos representan unas líneas escritas por abogados, políticos y ejecutivos religiosos. ¿Moriríais por esas líneas? Si os pido una frase, un principio que os represente en vuestra totalidad, que sea absolutamente necesario para empezar cada día en vuestra vida diaria, ¿Sabríais qué frase es? ¿Qué principio os constituye?

Hace meses que sentí la necesidad de redactar mi propia constitución y me puse a pensar en mi propio texto constitutivo. Y la escribí. No fue ni fácil ni complicado, una situación de tranquila inquietud. Tuve que pensar durante algunos días, no se me ocurrió nada de forma rápida. Pensé durante semanas y escribí palabras, principios que en el inicio de este ejercicio fueron frases que recordaba o había leído en algún sitio. Quise ir más allá, cuestionarme qué es lo más importante en mí, solo en mi vida, en cada uno de los segundos que forman mi día. Conseguí escribir 8 frases, ocho principios inviolables en mi existencia.

Consejos para redactar los puntos que fundamenten vuestra existencia


Os daré unos consejos para que podáis encontrar los puntos que fundamenten vuestra existencia. Letras que son las muletas que nos ayudan a caminar en los días que no encontramos ningún camino.

  • Piensa y escribe lo primero que te venga a la cabeza. No importan las faltas de ortografía. No importa el idioma. No importa que las primeras frases no sean totalmente tuyas. Pueden aparecer recuerdos o influencias de lo vivido. Usa todos aquellos principios que sientas que debes usar.
  • Lee varias veces los principios escritos. Es como si hicieras una votación en un hemiciclo donde tú representas todas las opciones de pensamiento. Porque tú eres el monarca, el presidente y todos los poderes fácticos de tu propia vida. Puede parecer ridículo pero cuando te cuestionas todo y a ti mismo, conseguir un consenso con tus propias ideas  llega a resultar complicado.
  • Ordénalos de dentro a fuera. El valor relativo de lo esencialmente importante puede variar en cada individuo. Os sugiero que empecéis por los valores más íntimos, que os dan fortaleza por dentro, y avancéis hacia el exterior. Es decir los últimos principios de vuestra constitución tendrán relación  con aquello que os rodea.
  • Escríbelos donde puedas releerlos con facilidad. Escribirlos y no releerlos no funciona. Nos olvidaremos de ellos. Hay que releerlos sobre todo en los días de tensión o dudas de cualquier tipo.  Hay que tenerlos a mano porque con el tiempo podrás revisarlos, modificarlos, eliminarlos o añadir nuevos estatutos. La vida es cambio, nuestras células nacen y mueren cada día y nuestros principios deben adaptarse a nuestra realidad biológica.  
  • Cada vez que añadas un nuevo principio debes usar el mismo método: escribirlo, leerlo, releerlo, cuestionarlo, y si no aparece ninguna duda, usarlo cada día y  guardarlo hasta nueva reflexión.
  • No existe un número determinado de principios. Puede ser desde uno hasta el infinito. Lo importante, como casi siempre, no es la cantidad de principios que rigen tu instinto sino la fuerza de esos principios y tu vinculación con ellos.

Puede ser que unos principios te cuesten más que otros. Pero si los escribes, conseguirás normalizarlos y que rijan tu vida diaria. No recomiendo poner principios imposibles o que se enfrenten a nuestra propia condición de ser humano.
Estos son mis ocho artículos de mi Constitución personal, única e intransferible, espero encuentres los tuyos:
  1. Amarme y respetarme a mí misma.
  2. Amar, respetar y cuidar a mi familia.
  3. Vivir con gratitud siguiendo las Leyes de la Naturaleza.
  4. Cuestionarlo todo desde el respeto y el humor.
  5. Aprender y sentir curiosidad de todo lo ajeno.
  6. Pedir ayuda. Pedir consejo. Escuchar a los otros.
  7. No juzgar, ni prejuzgar.
  8. No caer en adicciones ni físicas ni emocionales.

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