miércoles, 9 de marzo de 2016

Mujer inventada

En homenaje al Día Internacional de la Mujer Trabajadora, 8 de marzo, quiero dedicar este artículo a la construcción de personajes femeninos, indistintamente si se trata de un escritor o escritora los obstáculos son los mismos. Porque la mujer lleva de serie la terrible desgracia de no ser capaz de entenderse a ella misma.
Mujer inventada


Se acostumbra a decir que la naturaleza es sabia y justa. La verdad es que como mujer discrepo completamente de esa afirmación. Porque si la naturaleza hubiera sido sabia no hubiera hecho a la mujer la pieza fundamental en la continuidad de la especie sin haberle dado alguna “ventaja comparativa” respecto a los ejemplares masculinos. 
Parece que nuestra existencia está siempre unida al trabajo, y lo digo por la dificultad en sí misma de ser una mujer y no morir en el intento.

Reproducirse tiene su encanto, pero el parto solo lo vive la mujer y los daños colaterales que nos representa también lo sufrimos el resto de nuestros días. El hombre nace, crece, se reproduce y sigue reproduciéndose o intentándolo el resto de su existencia. Solo lo fácil. Sin embargo la mujer, nace, crece más rápido, tiene menos infancia ingenua debido al desarrollo de esas seductoras protuberancias que nos adornan el torso superior. A la vez que sufre dolores de regla  antes de tenerla, durante y años enteros cuando se le retira el don de la maternidad. La mujer trabaja desde que nace para entenderse a ella misma y para soportar la ingenuidad masculina que deberá de sufrir estoicamente toda su vida con él.

Retomando el tema literario, quiero recordar que para desarrollar personajes femeninos no hace falta recurrir a la literatura porque en ella solo encontraréis personajes estereotipados y arquetípicos culturalmente correctos.  Os recomiendo que miréis a vuestro alrededor: a vuestra madre, a vuestra mujer, amigas o conocidas. Y si miráis con atención descubriréis auténticas heroínas del día a día. No hace falta disfrazarnos con trajes ajustados y vestir capas ridículas para salir volando cada día y cambiar el mundo.
Romped con los estereotipos: mujer débil, hombre fuerte. Hombre sexo, mujer sensualidad. Que no os cuenten historias de seducciones lentas y con preliminares del siglo XIX, la mujer decide cómo y cuándo quiere ser la protagonista de su historia. Solo depende de vosotros, escritor o escritora, que decidáis crearla como protagonista, os reto a inventar un personaje femenino y a las pocas páginas se habrá adueñado del argumento. ¿Qué apostamos?

¡Feliz día de la mujer trabajadora, aunque fue ayer, lo son los 365 días del año!

1 comentario:

  1. El mundo iría mucho mejor si fueran las mujeres estuvieran al mando. Mi casa es el mejor ejemplo.

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