jueves, 19 de mayo de 2016

No me cuentes historias, vívelas conmigo

Nuevas necesidades del lector del siglo XXI

Nueva narrativa más visual y emocional
Esta semana estoy valorando obras y las he descartado todas por exceso de narración. La narrativa del siglo XX ha muerto, el narrador omnipresente y lejano cansa y aburre. A nadie le gusta que le expliquen historias, el lector quiere vivirlas en la piel de los protagonistas. Queremos más, ¡ yo quiero más!, más que simple palabras frías y ajenas.

Las formas de comunicación de hoy en día han modificado al lector, a todos los lectores, incluso a aquellos que rechazan la tecnología. Todos estamos sodomizados por las exigencias de la inmediatez. Lejos quedan ya esos 15 segundos de espera y de inquietud creada por una búsqueda insatisfecha en 1998 cuando nació Google. 15 segundos son un futuro incierto, una eternidad. Ahora el WhatsApp  y las redes sociales exigen una respuesta casi automática o instantánea. El lector que espera respuesta se siente abandonado en décimas de segundo.

Nos guste o no, esa es la realidad en la nueva comunicación y debéis de tenerlo muy presente al escribir. Si sometéis a los protagonistas al silencio de un narrador frío y distante, perderéis al lector en las primeras líneas de vuestra obra.  El lector quiere tocar y casi escuchar al protagonista, las nuevas plataformas de edición y publicación así lo permiten.

Os invito a que os leáis las mejores obras de la plataforma de auto publicación gratuita Wattpad , El chico de la ventana del baño de @ladyraynolds  es una de mis favoritas. No busquéis formas rígidas narrativas del siglo XX ni demasiada corrección estilística. Pero engancha porque es una secuencia de diálogos que te hacen participar y entrar en el espacio donde están los protagonistas. Estructuras cortas y eficaces, temática divertida y sensual.






Dos de nuestras obras más transgresoras en el estilo
son Malva de Jennifer Palau y Jimena y el sexo prohibido de Cristina Escobar.
Las dos usan muchos diálogos, primera persona y describen los espacios como guiones cinematográficos, crean imágenes con la palabra escrita.





¡Mirad a vuestro alrededor y contarlo, y si podéis, probarlo!
 Los temas que interesan suelen ser los mismos pero con matices diversos. ¡Mirad a vuestro alrededor y decir qué veis!: observáis póster de bailes de salón, de sesiones de Zumba, clases de mecanografía… ¡No! Han pasado de moda, y sin embargo ahora hay clases de trabajo pélvico para las mujeres, sesiones de gimnasio que se llama GRIT. Padres y madres primerizos que parecen abuelos mayores de cuarenta y cinco años…Todo en la vida se transforma y la comunicación es el reflejo de la evolución social e individual y debemos integrar nuestro día a día en las obras que queremos escribir.
Vivimos en una sociedad de comunicación visual, la imagen domina a la palabra: emoticonos sustituyendo frases enteras, videos por revistas, canales en YouTube que se ven más que canales de televisión. La inmediatez, la espontaneidad, trabajada y cuidadosamente descuidada, la facilidad de oír y ver sin hacer el esfuerzo de leer nos hace inquietos y muy infieles en la lectura. Eso pone el listón muy alto para captar al lector.

Escritor, tienes que emocionar, provocar y seducir desde la primera línea sino tu obra se hundirá en el océano inmenso de obras publicadas no leídas. 

2 comentarios:

  1. Desde luego, para las nuevas generaciones, la novela en primera persona es importante. Los juegos del hambre, divergente, bajo la misma estrella, han arrasado entre el lector más joven. Sentirse parte de la historia siempre la hace más interesante.

    ResponderEliminar
  2. Muy buenas comparaciones, creo que nuestra obra Malva está en esa línea. Personalmente, me gusta mucho y disfruto leyendo el género juvenil.

    ResponderEliminar