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Portada boceto, estamos trabajando en ella |
Hoy toca hablar de sexo, complicado, parece. Lo podía hacer
desde el aspecto científico, o el filosófico, o bien desde el antropológico,
cultural, fisiológico, o pedagógico…Pero
lo haré desde el literario.
Si bien la vida y mi profesión me ha llevado
a cambiar mucho mi criterio sobre el sexo, gracias a nuevos proyectos
editoriales basados en estudios de sociedades matriarcales en el mundo actual y
gracias a novelas eróticas que han
llegado a nuestra editorial y sobre las que hemos trabajado para adaptarlas a
nuestros matices y a nuestra rígida sociedad europea,
he aprendido a descubrir las ventajas que tiene el hombre, como
escritor, para desarrollar temas de sexo.
Curiosamente, si buscamos listas de las mejores novelas
eróticas aparecen autoras y novelas recientes,
y lo hacen por sus ventas e inversión en marketing editorial pero
no por su calidad narrativa. Ahora es
cuando me voy a volver a posicionar como “machista”, como me acusan
habitualmente, pero precisamente todos los bestsellers
que corren por los ranking de
ventas son justamente eso: machistas y sexistas.
Nos venden la moto de
ser liberadores por describir relaciones sexuales condicionadas a la búsqueda
de dinero o a la superación de las frustraciones personales de mujeres,
madres, al borde de la histeria permanentemente. Caricaturizan prototipos
humanos que acaban siendo modelos para las nuevas generaciones. Se vanagloria la prostitución como si por ser
mujer, cuando necesitas dinero, ya sabes…te prostituyes y listo. Por describir con
palabrotas o usar el verbo “follar” no
nos liberan como lectores.
La naturaleza es
sabia, y nos ha hecho a las mujeres multiorgásmicas para disfrutar mucho más
que el hombre y compensarnos por el hecho de tener que parir. Esa es mi
teoría personal, nada científica ni académica. Ello permite que la mujer
consiga el éxtasis a veces solo con una acaricia mientras que el hombre
permanece atento y expectante, disfruta mirando a su compañera y percibiendo
cada detalle de la escena. Eso lo convierte en un buen narrador. Puede
describir todo lo que ve aunque las mujeres tenemos a nuestro favor, lo mucho que sentimos y el camino hasta llegar
a esa sensación llena de matices y tonos sensitivos distintos. La mujer cierra
los ojos, el hombre disfruta mirando, ¡siempre!
Con todo esto os quiero presentar nuestra nueva novela en ebook, Traición y deseo de Alfredo Cano,
la hemos etiquetado de erótica. En ella el sexo es explícito y es la principal
relación entre los protagonistas, secuestrados por una red de narcotráfico, serán usados y abusados por esta a través de
operaciones de venta de drogas a nivel internacional. Algunos momentos puede
parecer poco creíble pero os pido que abráis vuestra mente y entendáis que el
ser humano puede relacionarse mediante el acto sexual en situaciones de estrés,¡ qué puede haber más liberador! El sexo puede ser un refugio en el que se busca
protección y cariño, en Traición y deseo los protagonistas lo encuentran. La
amistad más pura es aquella en la que se comparte sexo sin pretender nada más, un sexo generoso y
reparador.
Nota: no he
indicado ningún título de novela erótica de los listados porque todos podéis
intuir a qué obras me refiero, siempre lo digo desde el respeto hacia el autor
o autora, pero no quiero ayudar a difundir obras que la calidad y el
tratamiento de personajes deja mucho que desear.
Fuentes :
Estudios de Louann Brizendine autora de El cerebro masculino, El cerebro femenino
Estudio de Kinsey sobre comportamiento sexual de hombres y mujeres en 1940, EEUU
Película Kinsey, del 2004, protagonizada por Liam Neeson dirigida por Bill Condom
Estudios de Louann Brizendine autora de El cerebro masculino, El cerebro femenino
Estudio de Kinsey sobre comportamiento sexual de hombres y mujeres en 1940, EEUU
Película Kinsey, del 2004, protagonizada por Liam Neeson dirigida por Bill Condom
Uno de los valores fundamentales del ser humano es: La libertad.
ResponderEliminarTantas veces nos encontramos auto limitados y atrapados para salir de esquemas “socialmente aceptados” y perdemos la libertad de abrir nuestras mentes hacia otros que pueden existir.
No me cabe la menor duda de que existe el SEXO SANADOR.
La forma de vida occidental está muy traumatizada por las imposicionas religiosas durante siglos, de todas las religiones monoteístas. En todas se penaliza el acto sexual como forma de relación social. Y todavía más se persigue a la mujer como elemento sexual y se la castiga...Ya toca empezar a superar tanto dogma, porque hasta los ateos y agnósticos han sido educados bajo esos criterios.
EliminarArdo en deseos de leerlo. Además de que orgullosamente conozco al autor
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