miércoles, 24 de febrero de 2016

Metabolizar la muerte y crear vida

Justamente ayer una escritora me llamó y me dijo que no podía escribir, que su madre había fallecido pocos días atrás y no podía concentrarse ni escribir. Le dije que se diera tiempo que hay que metabolizar la muerte para seguir viviendo.

La muerte nos mira a veces
Siempre evitamos hablar de la muerte. Tendríamos que vivirla como algo más natural, cómo parte de la vida. Casi todas las culturas se basan en ritos falsos y superficiales donde se compite por quien está más apenado delante del muerto. Cómo si la muerte no fuera a venir por nosotros si le mostramos respeto.

 Yo he visto a la muerte, o mejor dicho ella me ha mirado a mí, y lo ha hecho de frente, sin ningún reparo. Sé que solo entenderán estas palabras aquellos que han perdido a un ser querido en extrañas circunstancias o  por enfermedad. La muerte es muy sutil y silenciosa, le gusta acercarse despacio y susurrarte al oído. Sientes su frialdad y vacío tan cerca que te asusta hasta tocarte a ti mismo para saber qué sigues vivo, que no es un sueño.
Tal vez yo la he provocado e incluso la he buscado con arrogancia y la prepotencia de sentirte sano y fuerte, todos pensamos “¿cómo me voy a morir? Hoy no, si acaso ya mañana”. Y así vivimos un día tras otro.
Pero cuando la muerte se planta delante de ti, te mira tranquila, sonríe, con su silbido fugaz y helador te dice “me voy a llevar a  alguien que  quieres y no podrás hacer nada”. Entonces tu mundo se cae, la arrogancia se desvanece y descubres que eres el atisbo de vida más pequeño del universo e incluso que te cambiarías por esa persona cientos de veces. Cuesta mucho, muchísimo metabolizar esas muertes, las que nos matan a nosotros por dentro, pero lo hacemos. Y de ese dolor sale la vida, y resurgimos con agradecimiento por estar aquí y ahora. Sin importar qué pasará mañana.  De la muerte aprendemos que vivir vale la pena.

Como editora he reflexionado sobre las obras publicadas y casi nadie se inspira en alguien fallecido, ¿Por qué no podemos crear un personaje a partir del recuerdo de alguien que se ha ido para siempre? Yo sé el por qué, porque duele, duele mucho, duele tanto que no puedes respirar ni para escribir. Cuando recuerdas a alguien que ha sido tanto en tu vida y se ha ido sin entender por qué ahora y por qué así, te conviertes en un juguete roto, un colador humano por el que se escapan la creatividad y alguna que otra ilusión soñada.


 Tal vez sea imposible crear nada ficticio sobre la muerte, porque la muerte es el hecho de la vida más real y certero. 

miércoles, 17 de febrero de 2016

Una novela de 46 páginas

Esta es la definición de mi vida, visto así no pesan tanto los 46 años. Una página por cada año, una novela sin duda cómica y divertida, algo caótica y siempre en constante cambio.
Mr. Bean, interpretado por Rowan Atkinson y Tom Hanks en el papel de Forrest Gump
No es fácil hacer una ficha editorial, un informe sobre mi vida como si fuera una obra más. ¿Qué puedo decir de la protagonista? Pues que no me gusta pero estamos en la mitad de la obra y es tarde para cambiarla.
 ¿No habéis sentido alguna vez que alguien escribe el guion de vuestra vida? Yo sí, llámalo Dios o llámalo guionista cósmico. En mi caso siempre he sentido  que el guionista de mi vida era Mr. Bean. Me podría haber tocado uno de Spielberg o bien un guion de los hermanos Tarantino… ¡Mejor no pensarlo! Me quedo con mi novela, con mi historia, sin saber el final ahora por fin llevo el pulso de la escritura de mi vida.
 Se acabaron las páginas en blanco, aunque realmente en mi vida no las ha habido, sin embargo sí que hay páginas con tachones y vuelta a empezar. Tachones y vuelta a empezar. Soy un personaje femenino pero con alma masculina, una mezcla entre un intrépido Alatriste y una delicada Odette, o cisne negro, un personaje informal que le gustan las formas.
 Lo mejor de esta novela de mi vida, no es la protagonista, son los personajes que la rodean  y la hacen posible. Muchas veces siento que soy una creación literaria a medias entre Mr. Bean y Forrest Gump. Primero porque soy de naturaleza torpe y muy despistada lo que resulta una mezcla realmente peligrosa. Tiendo a sufrir accidentes domésticos con aparatos eléctricos y tareas tan fáciles como montar un árbol de navidad se convierten en retos casi olímpicos. Escenas como caerme dentro de un banco (oficina bancaria), “encima” ( literalmente) de un profesor de mi hijo, o empezar a rascarme en una reunión y desabotonarme toda la camisa delante de cinco hombres que no sabían a dónde mirar, también he confundido una bolsa de plástico con un gato, en la playa me he acostado con un desconocido por confundirlo con mi pareja…Supongo que entenderéis ahora  lo que es sentirse un poco Mr. Bean.
 Y por otra,  en mi vida siempre se cruzan personajes famosos e importantes, pero solo se cruzan, básicamente es una consecuencia de mi despiste y es que en la mayoría de casos que he estado con gente digamos “importante”, o bien no los he reconocido o bien me ha dado exactamente igual quiénes eran.

 O sea que aquí estoy, tengo entre las manos una obra con 46 páginas y no se hacia dónde me llevará este argumento. Lo que sí se es que hace algunas páginas que decidí dedicarme a lo que más me gusta: editar y escribir. Y que vosotros, lectores, sois los auténticos editores de mi vida. Todavía estoy a tiempo de quedarme solo con ser poco más que un relato corto y efímero. Aunque espero llegar a novela, corta, por lo de mi tamaño, pero novela al fin y al cabo. Si puedo elegir quiero acabar siendo una Señora Novela, de esas que la gente recuerda por cómo les ha hecho sentir. 

miércoles, 10 de febrero de 2016

Hola, ¿eres robot o ser humano?

Esta podrá ser una pregunta en un chat dentro de pocos años. Lo de “estudias o trabajas” ya no tendrá sentido en una sociedad en la que el 50% de la población le gustaría extender sus capacidades sensoriales a  través de implantes tecnológicos, estudio realizado por Sonny Ericsson en Europa.  

Neil Harbisson el primer ciborg de la humanidad
Neil Harbisson, es técnicamente el primer ser humano “ciborg” porque se ha implantado un ojo electrónico que le ha ayudado a superar su acromatopsia o bien dificultad visual para ver los colores. Se han tenido que cambiar las normativas de documentación personal para aceptar su foto de perfil con el implante en su pasaporte.



Y bien, todo esto venía porque quería dedicar el post al final de las palabras escritas, o bien la desaparición de los libros en papel como los conocemos pero he acabado preguntándome hasta cuando seremos simplemente seres humanos: Imperfectamente orgánicos.

Tal vez yo no soy la persona más indicada para hablar de ser solo humana porque llevo usando lentillas desde los 15 años. Y, ¿ qué tiene que ver eso con ser un ciborg?,  pues es un suma  y sigue de pequeñas cosas que avanzan mucho más deprisa que nuestra capacidad de imaginarlas. De hecho, a todos nos han preguntado alguna vez si somos o nos somos robots. Recordad esas preguntas en formularios de internet que os hacen resolver preguntas básicas matemáticas, o escribir una serie ilógica de letras, o simplemente cada vez más te preguntan: ¿Eres un robot? A lo que yo todavía respondo, no gracias.

Hoy solo quería compartir con vosotros el estrés y la dicotomía moral que me produce ser una amante de las tecnologías y dedicarme a crear contenidos digitales,  pero a la vez deseo todo lo que nos hace humanos e incluso animales: me apasiona la irracionalidad hormonal, la química de los instintos, el estrés de la intuición, la fantasía de historias inventadas.   Algo me entristece cuando pienso que todo eso será sustituido por chips e instrumentos digitales. Actualmente las dos inversiones dominantes en tecnología a nivel mundial se centran en el desarrollo de vehículos sin conductor y el de robots para uso sexual, porque se calcula un gran retorno económico en ambos sectores.

Miremos a donde miremos hoy, miopes o con vista de águila, todo está cambiando. Y no para dejar de existir sino para existir de forma distinta. Tal vez las palabras escritas ya no vivirán en el papel porque algún sensor será capaz de captar nuestras ideas en el mismo momento en el que nacen y convertirlas en el tipo de símbolo que más nos apetezca en cada momento.


Os dejo algunos links curiosos donde podréis comprobar que mis inquietudes tienen una base muy sólida:
Hatsune Miku, un holograma que mueve masas en Japón y organiza conciertos multitudinarios. Ha sido telonera de Lady Gaga y su música número uno en el país Nipón.

Fundación Ciborg creada por Neil Harbisson encontraréis un montón de ejemplos de implantes y biociencia como manos robóticas con total sensibilidad y capacidades de súper héroes como percibir un terremoto en la luna.  

miércoles, 3 de febrero de 2016

Cuando la realidad supera la ficción

Muchos de vosotros sabéis que vivo en Castelldefels, una pequeña población privilegiada al sur de Barcelona, con mar y montaña,  en una calle tranquila cerca del mar y entre pinos. Hace unos meses ocurrió un asesinato horrible, un caso de violencia de género, un padre mató a sus hijos menores y a su mujer, luego se suicidó.
Técnicamente no los conocía aunque sí los había visto. Vivían en la calle paralela a la mía y muchos días la madre con los hijos menores cruzaban por delante de mi casa para ir al colegio. 

La realidad siempre supera la ficción
Cuando me enteré de lo que había sucedido mi cabeza buscó imágenes de aquella mujer y  me aparecieron difusas, como cuando recuerdas una película antigua  que se te olvidan detalles.
 Me di cuenta que cruzaba delante de mi puerta muchos días, justo en el momento en el que yo acostumbro a levantarme y andar alrededor de mi casa como un zombi intentando cumplir con aquello que recomiendan de no estar más de tres horas sentada delante del ordenador.  Parecía feliz, y a veces recuerdo que iba con la mano cogida de uno de sus hijos. En ocasiones coincidía ese momento con la llegada del cartero quien me trae algún certificado y correspondencia para mi empresa. Como me conoce llama al timbre de la puerta y hablamos un rato. Era entonces cuando los veía unos instantes fugaces, creo recordar hasta sus voces, no parecían hablar mi idioma.

Aquella noticia, que leí cuando estaba lejos de Castelldefels, me afectó sobre manera, no era una novela, ni otro manuscrito por leer, algo de mi mundo había desaparecido con aquel crimen sin sentido y cruel y yo no sabía cómo sobrevivir con aquella extraña sensación de vacío que te deja algo que nunca has conocido pero que de alguna extraña forma sí condicionaba mi día a día.  

Cuando regresé todo el mundo hablaba de aquel crimen. Desgraciadamente salió en todos los medios de prensa durante muchos días, algunos de vosotros me llamasteis para saber cómo estaba. Y no sabía qué decir, ¡cómo iba a estar bien!,  aunque tampoco mal.

Nunca, hasta hoy,  había afirmado que había visto a aquella mujer, tal vez como forma de protección instintiva. Porque si lo pienso bien me duele más, porque todavía ahora busco por mi calle aquellos niños felices y sigo esperando que llegue la  hora de andar un rato y comprobar que todo, o al menos mi mundo sigue en pie, pero ya siempre le faltará algo, y a la calle, y a ese pedazo diminuto e insignificante de mi día a día. Y a Castelldefels.

Esta experiencia también me enseñó que las leyes matemáticas tienen fallos, porque aquello que nos decían en clase, “el orden de los factores no altera el resultado” es mentira, mentira y más mentira. Porque si aquel hombre se hubiera matado primero no habría matado a su familia después, ¿verdad?

La realidad vive en  su propia dimensión donde ni la matemática llega, también en Castelldefels. Y a la ficción solo le queda el intentar describirla.

miércoles, 27 de enero de 2016

Demonios del escritor

Los demonios son como las brujas, “haberlos haylos”, y cada uno lleva los suyos como puede. Hay muchos tipos de diablos que atormentan al escritor evitando que éste desarrolle una vida independiente a sus obras.

Demonios del escritor
Existe el diablo de la página en blanco y cómo empezar o seguir con una idea. El diablo del estilo que nos bloquea intentando buscar las palabras perfectas en el tono más adecuado, consiguiendo, en ocasiones, que perdamos el sentido de aquello por lo que escribimos.

Pero el diablo más tirano y torturador es el del personaje dominante, cuando un personaje vive en nosotros. Os imagináis cómo debía ser el día a día de J.K. Rowling mientras vivía como Harry Potter, cómo iría en el metro de Londres mientras imaginaba que le perseguían unos seres llamados mortífagos o dementores. Cómo se puede sobrevivir llevando un asesino frío y calculador en nuestras entrañas creativas o bien actuar como una madre amorosa mientras imaginamos noches de pasión con amantes legendarios e insaciables.

¡Cómo deshacerse de esos diablos!, ¿cómo se acaba con un personaje?, tal vez escribiendo una novela, pero ¿y si nos pide una segunda parte? ¿O una tercera? Solo hay una solución: matar al demonio. Se puede hacer de forma sutil dándole una vida feliz para siempre o bien enviarlo a su propio infierno con una muerte literal del personaje.

¿Cómo acaba realmente un escritor con ese tipo de creación torturadora? Cómo poder evitar mirar la vida con los ojos de ese protagonista que tanta satisfacción nos ha dado. Tal vez deberían existir cementerios para personajes literarios. Donde el escritor pueda enterrar a su creación y dedicarle unas palabras, poner una foto e ir a visitarlo, para no olvidar nunca  qué y cómo sintió mientras lo creaba.


 Cada escritor debe enfrentarse a sus demonios y aprender a dominarlos. Si no te liberas de ellos quedarás condenado a servirles y a continuar alimentando su mundo, un mundo, por cierto, que solo es posible entre letras, líneas y lectores.

miércoles, 20 de enero de 2016

La poesía nunca muere

La poesía es el grado más avanzado de lectura, de escritura y de expresión emocional.

Tatuaje, nuevo soporte para la poesía
Hace unas horas  Angelique Pfizner, escritora de novela negra y poeta, me habló de la situación de la poesía como género y de las posibilidades que tiene de sobrevivir en otros soportes. Esa reflexión me ha inspirado este artículo. Desde nuestro encuentro he buscado y leído poesía.  La poesía es pura energía, no puede morir o nacer de nuevo, solo se está transformando y ahora la vemos en otros medios.
La realidad es que si bien la novela y el relato corto han sabido adaptarse a las nuevas tecnologías, la poesía se resiste al formato digital. Nadie lee un ebook de poesía, o mejor dicho, nadie paga por un libro digital de poesía así como casi nadie  lo compra en papel. Hace unos años parecía que la video poesía,  que consiste en realizar vídeos con imágenes normalmente de la naturaleza o espacios abiertos  y añadir una voz de fondo leyendo los poemas a ritmo de música, tampoco se ha convertido en algo viral o de gran consumo. El hecho de no encabezar la lista de bestsellers no implica la desaparición del género.
Creo que la poesía ha encontrado otros soportes, vive y está entre nosotros.  Y os voy a dar algunos ejemplos:

  • El más obvio, la música, sin duda el soporte guardián y perpetuador de los versos más emotivos. Existen autores y compositores que son poetas y han sabido llegar a su público y todos recitamos sus poemas de forma mecánica o espontánea,  os dejo el link a una canción sugerida días atrás por otro de nuestros escritores:  La senda del  tiempo de Celtas Cortos. Qué mejor uso y comercialización puede tener un poema que ser canción.
  • También hay poesía en algunos objetos, algo más Kitsch o cursi, como las tazas, sobre explotadas como objetos de regalo, son personalizables y no solo transmiten la emoción de quien te las ha regalado sino que te hacen sentir especial cuando la llevas de un sitio para otro. Como pasa con las agendas o con las camisetas.
  • Pero el soporte más extraordinario es la propia piel del cuerpo humano, la
    poesía ha salido del papel para convertirse en carne y hueso de la forma más literal. Emoción esculpida con sangre y tinta en nuestro propio cuerpo, poesía hecha vida en forma de tatuajes con cuidada tipografía. La voz se silencia y nace el grito que llevamos dentro con métrica y en escala de grises impreso en cada poro de nuestra piel… ¡Quién ha dicho que la poesía ha muerto!

El principal problema de la poesía es la frigidez emocional del hombre, como especie, quien se avergüenza de reconocer que lee poesía. ¡Qué pensará la gente si sabe que leo o escribo poesía!  Además en nuestro país no se enseña en las escuelas. ¡Un error que pasa factura a nuestra lengua! Porque la poesía es divertida, sensual, gráfica, rítmica es la energía de la palabra en estado puro. 

miércoles, 13 de enero de 2016

Sexo

El sexo literario
Uno de nuestros escritores me ha pedido que me desnude, literariamente supongo, y eso me ha hecho revisar mis relatos y mis intentos fallidos de novelas, y me he dado cuenta que no hay sexo entre los  personajes. También he revisado los trabajos de varios autores de nuestra editorial y he llegado a la conclusión que existen tres tipos de escritores en función de cómo viven el sexo los personajes que crean.
  1. Escritores de sexo explícito y directo
  2. Escritores de sexo implícito
  3. Escritores asexuales

  • El primer grupo, los escritores de sexo explícito, se trata de creadores de personajes que tienen sexo bien desarrollado e identificado, el aspecto sexual es importante para definir al personaje. Estos escritores integran el acto sexual con naturalidad y a veces con todo lujo de detalles. Tratan y desarrollan  relaciones  tanto las heterosexuales como las homosexuales,  también pueden desarrollar experiencias de sexo duro o bien experiencias  de onanismo, es decir cuando el personaje disfruta de forma individual y solitaria de su sexo. En este caso el sexo es parte imprescindible del personaje, no se puede obviar sin dañar el resultado global del argumento.  En este grupo estarían novelas  sexuales y eróticas propiamente dicho, recomendamos Jimena y el sexo prohibido de Cristina Escobar como novela o bien el relato con toques surrealistas, Aullido de Laura Delgado, y también  novelas de investigación  o novela negra en la que el acto sexual de los personajes condiciona la obra. Un ejemplo de novela policíaca con detalles sexuales es la novela EL Pescador, de Jesús Álvarez Muñoz.
  • El segundo grupo, los escritores de sexo implícito, son aquellos que desarrollan personajes sensuales e incluso eróticos pero no llegan a describir ninguna escena de sexo. Pueden indicarla pero lo hacen como pasando de puntillas por el asunto.  Asumen que el personaje tiene un mundo interior dentro del propio argumento que es sobreentendido por el lector.  No hace falta entrar en detalles. No es importante para entender la obra desarrollar el comportamiento sexual delos protagonistas pero sí puede estar insinuado o existir tensión de pareja, por ejemplo Encuentros bajo la Piel  de Lucía Ros, El cazador rojo de María Martínez Benítez. Un ejemplo de novela policíaca en este grupo sería El caso del cadáver sonriente de Paco Píquer Vento.
  • El tercer grupo, escritores asexuales,  grupo al que yo pertenezco, son escritores que cuentan historias en las que el sexo no aparece de ninguna forma, pueden ser desde cuentos infantiles como es mi caso, o bien historias de aventuras donde los personajes tienen que afrontar otro tipo de emociones pero no las sexuales. Por ejemplo La naturalezadel fuego de Daniel Escriche, brillante novela negra,  o El hombre que no entendió a Newton de Jorge Martínez está última hay una relación de pareja que se percibe tensión sexual pero la intensidad de la características físicas del protagonista  hace que finalmente no sea importante relacionar los personajes de esta forma. García Márquez tenía muchos personajes asexuales, por ejemplo en Cien años de soledad


Y esto es todo, espero no haber desilusionado a nadie, y si alguien esperaba otro tipo de destape pues tendrá que ser más persuasivo  así como si algunos de los escritores mencionados no estáis conformes con esta clasificación  podéis enviarme vuestros comentarios y opiniones.  Ya sabéis que en este espacio todo es cuestionable y no pretendo hacer cátedra  solo  expresar mi opinión sobre temas literarios que nos aparecen en el día a día de nuestra pequeña MARLEX EDITORIAL.